Cada vez que llegan las fiestas para mí es la misma cosa, estrés, estrés y más estrés. Lo que muchos no saben es que no es por hacer las compras, para mí elegir algo para cada persona que tengo cerca y me importa es relativamente sencillo, y lo es porque me intereso en ellos y sé que cosas necesitan o les gustaría tener. No es “stalking”, simplemente es algo que nace de mi aparente falta de suerte con éste tema de regalos. Y es que en mi caso a lo largo de mi vida siempre ha sucedido lo contrario. Personas que creo les “intereso” les vale el tema de los regalos hasta cuando llega el momento en que no hay tiempo para ello y me dan lo primero que agarran. No tengo idea en qué consiste esto, quizás soy la que no provoca que le dediquen un minuto a elegir un regalo significativo, pero lo que sí es que se siente en panga recibir algo que sabes lo hicieron de apuro y por ello no me gustan los días que involucran regalos, incluido mi cumpleaños.
No es un post de desánimo o para dar lástima, yo siempre digo que hay que poner a pensar a las personas y es una realidad que mucha gente asume que para todo el mundo las cosas se sienten y viven igual, ejemplo los días de regalos. Lo que quiero decir es que no todos están felices esperando navidad, día de la madre o su cumple, hay personas que de verdad no tripean esos días por lo que les menciono y no son desviantes, gente rara, ermitaños, es simplemente su realidad, son días en full panga para ellos, para mí. Por eso escribo de este tema que seguro nadie se le ocurre mencionar eso parece de locos. Y así es para mí, cada vez que llega alguna fecha así solo pienso con qué burrada me van a salir o si siquiera se acordarán de comprarme algo. Créanme parece relajo pero tengo cuentos con regalos en ultra panga de AÑOS como para bajarle el ánimo a cualquiera. Sin embargo, yo encontré un remedio que me ayuda a pasar ese trago y es: hacerle esos días lindos a las personas que quiero sorprendiéndolos con algo que no se esperan!
Al final si les digo que no han sido el 100% de las personas y esos poco regalos que sé que fueron dados de corazón créanme que los guardo y cuido como si fueran de oro y éste último año ha aparecido en mi vida gente completamente diferente que han cambiado esta tendencia para fortuna mía. Créanme así sea un lápiz, yo me doy cuenta la diferencia cuando algo se da con cariño o con apuro para salir del paso. Ellos han hecho que esos días, para mí terribles, ahora no sean tan terroríficos.
Moraleja: Si van a reglar algo de mala gana mejor no den un carajo, créanme que eso se siente y es un sentimiento horrible, de verdad le hacen un mejor favor al recipiente al no darle nada!