Como si nos hiciera falta copiar más vainas de otros países, Latinoamérica se ha montado en el tren de la celebración de San Valentín. Lo que me preocupa es que con esa fecha adoptamos la que considero terrible costumbre que va casada con la fecha y es la de tachar a las personas sin pareja romántica de desviantes sociales o de perdedores. Si hay algo que siempre he criticado de la sociedad norteamericana es su poca capacidad de vivir como entidades independientes, o sea solos! Los norteamericanos, para hablar de tanta independencia, son las personas más emocionalmente “clingy” (pegajosos) e inestables emocionalmente que conozco, y si no es así pues me constan los ejemplos en vivo de norteamericanos que conozco además de que su cinematografía no es más que el reflejo de su manejo social en el tema de relaciones interpersonales.
Creo que en muchos de mis escritos repito la frase “todo no es para todos” y, aprovechando este destello de claridad, hoy quería poner allá afuera algunas reflexiones sobre el día en mención, lo que representa para otros, y ojalá ayudar a otras potenciales víctimas del bullying social de no ser y estar como los demás.
Sea que no tienes pareja en este día porque: no la tienes en ese momento, no encuentras (y estás buscando pues) o no quieres (por que no te interesa); me parece que nadie tiene derecho a hacerte sentir menos o extraterrestre por no tener un parche pegao’ ese o cualquier momento del año. Para los que me lean les digo que si no hay nadie en tu vida no eres un fracasado y si o quieres a nadie en ella no eres un desviante social. Los humanos deben entender que lo que es bueno para unos no lo es para todos y deben respetar el momento y decisiones de vida de los demás aunque no los entiendan o no les haga mucha lógica en sus cabezas.
Mis mejores momentos de vida, confieso, han sido de soltera, lo cual ha sido gran parte de mi vida adulta, y que ahora entiendo mucho mejor por qué ocurrió de esa forma, pero ese es otro tema. Ojo, a pesar que estuve casada y que no todo fue malo, nada se compara a mis momentos de soltería. Para las demás que lean el artículo aclaro que soltera no es un término válido si estás acostándote con cuanto hombre aparezca entre un fijo y otro fijo, NO VALE en esta clasificación, soltera implica estar contigo y punto conociéndote y no afanosamente buscando al siguiente parche, así que hablo desde esa perspectiva, la de las personas que los del montón llama malamente: emocionalmente desapegadas.
No soy una mala compañera, no me parece que lo haya sido, ni tampoco le huyo al compromiso, no asuman lo que no es, simplemente ahora que estoy sola nuevamente aprecio el tiempo y espacio que tengo para mí y todas mis cosas. Por fortuna tengo muchos intereses y una profunda vida interior que expreso de muchas maneras y ello, había olvidado, me ocupa tiempo. Nadie me crió para ser así ni soy una traumada de la vida, simplemente yo estoy clara que involucrarse afectivamente con cualquier otro ser humano, o sea tener una relación, al menos a mi entender va mucho más allá de la idea romántica superficial que venden al público y por ello muchos como yo no estamos dispuestos a poner nuestras vidas patas arriba por una cara bonita, cenas en compañía o cogidas frecuentes autorizadas con el quita-frío de turno. Esto no nos funciona así y somos en su mayoría de los desapegados, enemigos del “gruveo”. Al principio volver a recordar lo rico que es estar así da algo de miedo y confunde si vienes saliendo de una relación y en mi caso de un matrimonio, pero como en todo a penas uno recuerda como es y lo que se gana, ni mirar atrás.
Creo que “el daño” para muchas personas consiste en que se la pasan buscando en cada persona que se les cruza por el frente al “amor de su vida” para no estar sin nadie. Eso lo hacen muchas mujeres mal enseñadas a vivir pegadas siempre de otra persona (hombres también pero soy mujer así que esta nota va más para ellas) lo cual a muchas, que no tienen la suerte de encontrar a LA buena pareja estable, termina arruinándoles la vida al ir de macho en macho y de mano en mano. Honestamente esa brincadera de pareja no deja concentrarse en otras cosas como estudios, la carrera, crecimiento personal o vivir la vida como te dé la gana. Dado que mi experiencia de vida ha sido estar sin nadie muchos años seguidos, lo puedo decir con autoridad moral je je…
Y eso me devuelve al punto de la reflexión de mi nota, con esta recomendación:
“¡No midas tu vida por estándares sociales impuestos o por lo que te digan los demás!”
Vivimos bombardeados mediáticamente por lo que debes y no debes hacer de la vida para ser “aprobado” como aceptable socialmente y al final la medida de la felicidad para cada uno es propia y muy diversa. Yo fui víctima de esa medida en una época donde mejor era ser como todos los demás para no ser estigmatizado y ello me hizo más daño que bien.
Que nadie te haga sentir menos o mal por cómo vives, sientes y te manejas sobre todo si esa elección de vida no te daña a ti ni a nadie más. Estar acompañado está bien y no estarlo también está bien, cada cosa se da en su tiempo y su momento en la medida que cada uno lo necesita. Yo en este momento tengo mucho que hacer por mí y aunque no descarto eventualmente la compañía de otra persona, no quiero usar esa porción de mi subconsciente que inevitablemente se ocupa pensando cosas habitando en ello porque no es sano, eso lo aprendí a las duras. Al final uno siempre tiene compañía, la hay muy buena y a veces por estar esperando príncipes galopantes creados por los medios uno los dejas de apreciar en su amplia magnitud. De veras no me gustaría perderme lo bueno que tengo al rededor mirando el pasto disque más verde del otro lado de la cerca sobre todo si lo mío NO es comer de ese pasto 😉
Por suerte este año ese día caerá sábado de Carnaval así que el bombardeo social se enmascarará con la brincadera en agua sucia de las masas, eso lo agradezco desde el fondo de mi individualidad. Los que celebren, como sea que lo hagan, de verdad que pasen un hermoso día y lo disfruten, nuevamente sin hacerle malas a los que no lo pasarán como la sociedad y el mercadeo lo dictan, empatado. Yo haré lo propio, y es una promesa, no meterme con los melosos de ese día por más que me eleve el azúcar sus posts cubiertos de dulce.
Conclusión, no se sufran la vida de los demás ni la hagan insufrible a otros, ese mensaje va en ambas direcciones!