He estado perdida algunos días en correderas de vida, pero sin quitar los ojos de las cosas que pasan en mi país. Sin embargo, a veces me gustaría mejor ni ver lo que pasa en este pequeño istmo porque esos son los momentos en que recuerdo de las razones por las que tengo este blog y hago videos, para no terminarme de dar golpes contra las paredes viendo todo lo que podríamos ser y como la gente y su mentalidad cuadrada y retrógrada lo destruyen.
Hace unas semanas escribí una nota sobre la educación en Panamá y que ni trasplantando todo el sistema de Finlandia aquí mejoraríamos, me da tristeza que no solo tenía razón si no que me quedé chica con lo que me tocaría ver luego. En esa nota hablaba de la mentalidad del panameño y que realmente ese era el peor problema y obstáculo para lograr una mejor educación pues semanas después inició un nuevo debate sobre la Ley 61 y luego una huelga de maestros y mi predicción se materializó. Para los lectores fuera de Panamá, si, a mí me leen fuera de aquí y muchos lectores son de EEUU y de Europa así que con mucha pena ajena voy a explicar rapidito de que hablo, la Ley 61 es un proyecto de ley que crearía, si se aprueba, un marco legal que hará posible hacer obligatoria la enseñanza de educación sexual en las escuelas tal y como se hace años muchos países de Europa. Exacto señores, Panamá con todos sus súper gran edificiones ultra modernos con el que nos llenamos la bocota diciendo que somos “El Dubai de las Américas”, no es capaz de hablar de sexo a sus estudiantes en las escuelas porque aparentemente eso es tan malo como matar o robar y gracias a ello nos ha provocado una epidemia de embarazos adolescentes y una escalada en enfermedades de transmisión sexual en esa misma población sin precedentes. Como cereza en el pastel educativo semanas después de iniciarse una controversia entre los “a favor” y “contra” de la Ley 61, se inicia una huelga de maestros ya que nuestro flamante presidente actual no cumpliendo con un aumento pactado a este gremio olvidado no solo decidió que no se los daría, aunque es parte de su ley orgánica y debería iniciar este año, si no que daría en su lugar ese aumento a la policía quienes ya llevan tres al hilo y que por cierto están ahora ganando muy bien si no que si les aumentaba algo sería menos de lo pactado. Nuestros maestros no ganan ni mil dólares en este momento.
Estas dos situaciones han provocado estas semanas intensas peleas entre panameños. Primero lo de la ley ha puesto de manifiesto el secuestro mental en que los grupitos religiosos carperos y también iglesias que parecen disque serias tienen a la gran mayoría de la población. Lo digo con propiedad ya que da es lástima ver la sarta de mentiras y porquerías que estos grupos han sacado en redes sociales para aterrorizar esas pobres mentes débiles que los siguen y hacerlos lanzarse contra esta tan necesitada ley. Desde videos con acusaciones y aseveraciones incorrectas de la ley, libros que nunca se ha dicho que se usaran en las escuelas y temas que ni siquiera son parte del plan de enseñanza, estas personas han sacado realmente el cobre a la hora de hacer su voluntad a costa de la seguridad social del país. Y no podemos dejar de mencionar los discursos de odio contra los LGBT, que ni tienen mucho que ver en el asunto, o traer a personas a hablar en conferencias anti ley cuya identidad y credenciales falsas fueron ya desmentidas por la ONU, que vergüenza. Todo para hacer válido un punto en contra solo porque según ellos la ley al hablar de sexo no solo incita al pecado de la carne o algo así, si no que además tiene como agenda oculta hacer que los niños se vuelvan gays. Les parece estúpido? Pues esto no es ni la mitad de lo que hemos leído de parte de estos zombies religiosos, esto es lo medio decente que he puesto aquí para no setirme tan mal cuando lean afuera.
Por otro lado, los maestros piden que se les reconozca un aumento pactado para este tiempo en el gobierno pasado. Si nuestra educación puede y debe ser mejor, pero nadie puede exigir lo que no se da y nuestros maestros no llegan a ganar ni novecientos dólares en una de las ciudades más caras de Latinoamérica y eso los que están en el área metropolitana. Los maestros que van al interior muchos a veces tardan meses en recibir sus cheques y van a dar clases en áreas donde solo se llega en bote, bestia y a pie y donde cada día se juegan la vida en condiciones terribles para que esos muchachos puedan acceder a una educación decente. Pero eso no parece importarle a nadie, muchos paisanos míos dicen como si fuese una gracia que “ellos sabían en qué se metían cuando eligieron ser maestros”, estamos claros que sí pero no están obligados a aguantárselo y menos cuando se les otorgó ya un aumento por ley que simplemente no les da la gana de honrar. Quiero saber cuántos de ellos se lo aguantaría sin protestar y más sabiendo que en este país si no es por las malas nadie te para bolas.
El tema en ambas instancias es el “yoismo”, el culto al yo egoísta donde todo lo veo desde mi perspectiva. Estos dos temas evidencian la incapacidad del panameño de ponerse en los zapatos del otro, de tener empatía o de siquiera pensar por sí mismos. Muy fácil es hablar de una ley que no conocen, en una marcha organizada por los grupos en contra de la ley se les preguntaba a los asistentes si la habían leído y que partes era con las que no estaban de acuerdo pues y de más de veinte entrevistados NINGUNO la había siquiera visto. Solo estaban ahí azuzados por sus pastores o por la vecina, aterrados por el dichoso video o convocados un payaso, si un payaso de esos que animan cumpleaños que se han denominados voceros anti ley. Que rico es decir “con mis niños no se metan porque solo sus padres debemos hablar de esos temas” desde la sala de sus casas de clase media o alta donde si la niña se embaraza calladitos resuelven el asuntito. Ese privilegio no lo tienen cientos de niñas que cada día salen embarazadas en edad escolar a parte que me da risa que muchos de esos que se llenan la boca contra la ley que he visto en varios foros y posts se cogían a cuanta mujer se movía por delante de ellos cuando estaban aún en la escuela o esas mamás que ahora se las dan de castas anti ley pero que se montaban en cuanto palo podían hace menos de cinco años, me hace pensar que su miedo no es más que un reflejo de lo que ellos fueron o todavía son, o de lo que no quieren que esos niños sepan para poderse defender en casos de abuso intrafamiliar. De cualquier forma, la gran mayoría de niños afectados si no pasa esta ley vienen de hogares pobres donde más de 20 años de cero información o educación en el tema sexual ya han hecho estragos y donde, gracias a estos maestros de la piedad divina, seguirán ese ciclo interminable de: abuso infantil, embarazos precoces, enfermedades venéreas y pobreza, amén.
Con los maestros, por otro lado, nuevamente muchos de los que saltan a decir que son unos vagos, poco importa, que deben hacer, hacer y hacer son personas que desconocen la realidad del docente del sistema oficial. No saben las que pasan con esos salarios de hambre o lo que jode trabajar en aulas sin sillas, sin aire, sin pizarras, sin baños que funcionen, con niños que no comen, con calor, mosquitos o aguas negras. No saben lo que es ir todos los días a zonas rojas de donde deben salir con escolta o con pelaos que los pueden apuñalar en cualquier momento o sus padres por una nota. Parece que la falta de capacidad del panameño de sensibilizarse y ver estas situaciones a las que cientos de docentes se exponen diario está más allá de su entendimiento porque, claro en sus oficinas con máquina de café en el cuartito del break y aire acondicionado central es muy cómodo señalar lo que hace mal el otro cuando se está en una posición cómoda sin recordar que esos que hoy critican y llaman vagos quejumbrosos son los que le dieron la oportunidad de estar donde están gracias a la vocación de servir a los hijos ajenos a veces a costa de los propios. Hemos caído tan bajo en el yoismo que critican a la columna vertebral que crea a los futuros médicos, arquitectos y presidentes del país por que no son capaces de pensar más allá del YO.
Panamá tiene una actitud tan egocéntrica que no veo que salga nada bueno de ello a largo plazo, si no les afecta una situación no solo no hacen nada por la misma si no que la descuartizan sin más ni más total, no es conmigo ni mi familia que rayos. Solo veo que ello nos llevara a más crisis sociales con temas de aun fácil corrección pero que el ego de muchos hace que se interpongan en la necesidad de los muchos para corregirlas a tiempo. Me decepciona terriblemente compartir mi espacio con tantas personas así de cerradas, que no piensan en los demás o por sí mismas, que odian a cualquiera que no sea como ellos sin razón (caso de los LGBT), y que encima con la cara dura te digan que tú eres el loco cuando lo que sale de sus bocas son cosas impensables. Me decepciona mi país pues veo que es lo general con la población y que va en atemorizante aumento. Veo a otros que piensan similar a mi decepcionados buscando otros horizontes y no los culpo lo que viene no es bonito y luchar contra esos entes es pérdida de tiempo. Solo espero que un milagro haga que reaccionemos a tiempo o que se imponga la ley sobre la superchería pues a Panamá no le queda mucho más espacio para errores o seguir ocultando la cabeza en la tierra para no ver los problemas. Los últimos países donde las clases acomodadas se encerraron en su zona de confort dejando de pensar en el prójimo hoy no tienen ni siquiera comida en sus supermercados. Eso es algo que debería asustarles más que el que un maestro le hable a sus hijos de penes y vaginas.