Hace unos días mi hija me contaba una de sus divertidas anécdotas de escuela cuando de pronto le dije “es que esos amiguitos tuyos…” a lo que me interrumpió enseguida y con tono muy serio dijo: “Mamá: com-pa-ñe-ros, ellos amigos míos no son, eh!”. Luego de la carcajada que solté, ya que tenía razón, ese grupo no eran más que compañeros de clase con los que ella ni juega, me quedé pensando en lo que dijo y en varios eventos no muy agradables que viví este año y años anteriores con pues, ahora, meros conocidos.
La amistad, es una cosa muy particular. Como cualquier relación humana inicia, crece, se hace fuerte o muere, cambia, termina, se apaga, etc. En otros tiempos las amistades buenas duraban a veces toda la vida mientras otras eran efímeras pues eran personas con las que convivías brevemente en el trabajo, colegio, universidad, mercado y demás. Antes del teléfono en cada casa y las redes sociales una amistad que sobrevivía al tiempo realmente era fuerte pues tenía pruebas muy duras. Si te mudabas de ciudad o país solo podías mandar cartas que iban y venían cada X semanas y en medio del ir y venir pasaba de todo. Las llamadas de larga distancia eran costosísimas así que se reservaban para cosas muy especiales.
En fin, el proceso de hacer, tener y conservar un amigo era algo orgánico como cualquier otra relación de vida fuese esta con un familiar o con tu compañero(a). En promedio una persona podía tener 3 a 5 buenos amigos cercanos, un poquito más si se era muy hablantín y gregario, 15 a 20 conocidos más y la cosa quedaba ahí. Solo casos más especiales como políticos, empresarios y dirigentes tenían grupos más complejos y extensos por razones obvias, de ahí no más.
Luego aparecen las redes sociales y zas todo cambia. Voy a hablar de Facebook ya que las otras no son tan parecidas al caso en cuestión. Facebook aparece y te da, en teoría, oportunidad de ponerte en contacto con todo el que has tenido algo que ver en toda tu vida, suena bien no? NO, para nada, al principio nadie sospecha nada mal, todo es muy idílico. Si eras una persona tímida callada de pocas personas, a ti esto no te hace diferencia. Si eras alguien promedio, pues, súper bueno empiezas a agregar gente de la escuela, el kínder, de la universidad, del trabajo 1, 2, 3 4 etc. y así te vas. Ah, pero si eras del grupo súper popular que hablaba hasta con las piedras, cuando vas a ver tienes hasta el Presidente de la Republica, ojo que conozco de estos casos.
Así una persona promedio como yo, que era bastante gregaria, hablaba con mucha gente y que, hasta hace poco, pensaba era alguien que recibía esa misma deferencia, abre Facebook y en su mejor momento tiene casi 2mil “amigos”. Si, 2 mil contactos y todos gente con las que había ido al colegio, trabajado, estudiado, conocido, etc. No eran personas random agregadas para sentirme bien conmigo misma, muchos me agregaban a mí la verdad pero sabía quién era cada uno de esos cuadritos y de donde y cuando en mi vida venían.
Adelantemos 9 años de la herramienta y el panorama es otra cosa en el asunto de “amistades”, sin contar los agregados que son amigos del amigo, ok. Me doy cuenta que muchos de esos “cuadritos amigos” piensan peor que monjes medievales, otros son unos idiotas que se creen todo lo que leen con todo y el neón arriba que avisa que es “mentira”, otros nunca dicen nada ni te dan like, otros son súper conservadores y da asco ver como hablan de los LGBT o los derechos femeninos (son amigos del payaso Pin Pin), otros son lacras maleantes de gobierno ahora de mayores, otros son unos perros que no han cambiado desde la escuela y así esos 2mil cuadritos van reduciéndose con cada cosa que ves que opinan y lees. Otra cosa mucho peor de estos contactos de redes sociales es ver como gente que estimabas mucho te salen con dos piedras en la mano, porque te divorciaste, porque no crees en lo mismo que ellos entre otras soqueteadas así.
Y recuerdo entonces porque que antes son redes sociales todo era mejor, porque la gente salía de tu vida pero conservabas muchas veces un buen recuerdo de ellos y viceversa. No tenías que darte cuenta lo basura que eran en realidad ni sacarlos completamente de nuevo de tu vida pero ahora con el plus de una sensación de decepción enorme vs lo que pensabas de ellos.
Hoy con humildes 500+ “amigos”, muchos de ellos negocios en verdad, la cosa se ve completamente distinta y asemeja más la realidad de antaño. Tengo un grupo estable con los que nos hablamos de unas 10 personas, quizás 60 con los que interactúo (sí soy honesta, si lo hago aunque sea para dar like por que soy así pues) y lo demás, bien, los demás se irán reduciendo cada vez.
Lamento para mí haber tenido que ver el verdadero yo de muchas personas, fue horriblemente decepcionante pero, lo bueno es que así ni de relajo consideras tenerlos ni cerca nunca más. Debo decir que este medio me trajo también muchos nuevos amigos y unos MUY buenos así que no todo es malo con estas herramientas.
El mensaje final es ser muy enfocado y cabeza fría cuando se trata de agregar personas en redes como ésta. Yo paso todo mi día trabajando online, es la razón por la que tengo tanta interacción en Facebook pero, si no es tu caso, evalúa bien a quien tienes ahí, por qué y recuerda aquí no tienes por qué aguantarte nada de nadie así que usa sin asco las opciones de: unfollow, delete y el block; o como yo les llamo, mis tres divinas personas online!
Hasta la próxima!
2 respuestas a “Amigos, Conocidos, El Tiempo y Facebook”