¡No es mi mascota, es mi familia! – Marce y Las Furris

En pasados días hice el gran esfuerzo de salir e interactuar con personas que, aunque son buenos conocidos, no son de mi círculo habitual de personas con las que comparto mi tiempo.  Son buena gente, muchos de ellos hacen lo que pueden con la crianza que recibieron con valores estrictos y visión restringida de la vida. Lo que más curiosidad causa es que son compañeros de una maestría que estudié, lo que comprueba que la educación, aunque superior no equivale a mejor conocimiento de la vida y menos en mi país. Luego escribo más de esta experiencia, ¡uf!

Mis amigos no me creen cuando les cuento que en las casas más tradicionales hay una serie de creencias, que a mí me parecen tristes la verdad, y una de ellas es la forma en que interpretan la tenencia de mascotas. Yo soy una animalera confesa, pero sin extremismos ya que igual que con los hijos uno debe educarlos bien o todo es un desastre tanto para la mascota como para ti. Sin embargo, la forma en que ellos se expresan de los que son como yo es realmente triste pues no creo que entiendan lo que es la relación sana de un humano con estos seres que solo saben dar amor a quien ven como su todo.

Uno de estos tradicionales decía que él no entendía la humanización de los animales, ¿por qué tenían que estar en la casa o encima de uno?  y que en verdad le molestaba la presencia, ruido y olor de los animales, etc.  Ok, exageraciones quizás, es su opinión, sin embargo, la persona lo decía porque una chica del grupo llevo a su chihuahua y éste, como hacen estos perritos de esa raza, estaba en sus piernas “lap” siempre vigilante todo el tiempo.  Yo le comenté que ese tipo de perros se les llama “lap dogs” o falderos precisamente porque esas razas fueron criadas para ser perros de compañía y estar siempre allí encima de los dueños y darles calorcito.  También le expliqué que cada raza tiene una personalidad y basada en eso las personas eligen las que mejor se ajustan a sus personalidades. Creo que él ni tenía idea de nada de esto pues me miraba como si fuese una loca escapada del sanatorio, y a la chica del chihuahua la miraba así también.

Las mascotas no son meras “decoraciones” que complementan «el hogar perfecto», son seres vivos que vienen a formar parte de nuestra familia y, por ser domésticos, dependen 100% de nuestro amor y cuidado para ser saludables y felices. Las personas que no entienden que las mascotas son un compromiso de por vida tan grande como tener un hijo, o más grande pues ellos nunca podrán hablar para decirte que necesitan o les molesta, NO deben tener una y punto.  Una mascota es un gasto seguro en: medicinas, vacunas, comida, shampoo, tratamientos, juguetes, camas y accesorios, la lista puede ser interminable, ¿suena familiar? Y así nos vamos con todo lo demás como necesidad de jugar, muebles mordidos o adornos rotos, cuidados si te vas de viaje y seguimos. Pero para los amantes de los animales nada de eso importa y esa es la diferencia entre una persona que tiene una mascota y un animalero.

Me da pesar por esas mascotas que no tienen el completo amor de sus dueños humanos pues en su crianza les dijeron que por ser humanos son superiores a los animales y los mantienen a raya como seres inferiores sin sentimientos que tomar en cuenta. Lo triste es que en mi país son muchos como él y eso lo transmiten más adelante a sus hijos. Por supuesto esas taras de crianza no vienen sola. Ese no es el único pensamiento cuadrado con el que él y su familia viven de diario. Me dio mucha tristeza pues no saben del amor que uno recibe de los animales. Por otro lado, así mismo no saben del cariño y amistad que no reciben de humanos a los que condenan como parias por amar diferente a como le enseñaron a ellos que es lo “correcto” o natural, se sobre entiende de qué hablo.

Mis mascotas son parte de mi familia. Se les quiere, educa, consiente como a todos en este techo, con amor y disciplina. La dinámica de un hogar así es hermosa y armoniosa en todo sentido. Es amor que se siente al entrar por la puerta, por eso creo que a mi departamento siempre viene gente a estar, porque esa vibra recarga. Seré una loca para gente como él, pero soy una loca feliz con hijos de carne y hueso más varios peludines, yo digo que salgo ganando y ellos se lo pierden!

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